Los que digan que la Iglesia prohíbe el pensar para sí mismo a menudo olvidan de que cada gobierno tiene el mismo problema que invocan para justificar su tontería. Es decir, para ser un buen ciudadano, siempre hay que apoyar algunas proposiciones, sin las cuales es imposible sostener la autoridad de dicho régimen. ¿Hasta cuándo tardarán en darse cuenta de que, según su propia lógica, todos los gobiernos son “antipensamiento” también?
¿Tú qué opinas?