Hoy empecé a leer un libro antiguo de un R. B. Sparkman: The Art of Manipulation (El Arte de la Manipulación). En el tercer capítulo, observó que el refuerzo intermitente es muy fuerte no solo en las palomas, sino también en los humanos (p. 23). Su conclusión es que damos por hecho lo que sepamos que podemos tener. Seguramente, la bondad divina es muy parecida. De aquí que los males del mundo tengan un valor para los cristianos: pueden impedir que demos por hecho tal benevolencia. Desafortunadamente, esta hipótesis es incompleta, y quizás omite dos datos imprescindibles. Primero, las gracias que recibimos can tanta frecuencia siguen dadas por hecho. Segundo, a menudo no asociamos dichas bendiciones con la Providencia.
Esta hipótesis, no hay que decírtelo, aún me interesa. Tal vez haya formas de resolver mi especulación…
¿Tú qué opinas?