Escribí una vez que los pecados de hoy son meras justificaciones de pecados pasados. Acababa de darme cuenta del verdadero significado de ello esta tarde. Dos personas donde había estado trabajando como voluntaria se reñían, y una dijo saber por ello que no podrían vivir juntas: ¡mostró que cada una la mataría a la otra! Entonces comenté a la más cercana: “Por esto la Antigua Moralidad prohibió el cohabitar antes de casarse”.
“Sip, pero si no viven juntos y luego se casan, no sabrán que no pueden hasta que sea muy tarde”.
“Los que cohabitan son más propensos a echar su matrimonio a perder antes de que comience —dije. Probablemente estuviera muy estirada—; Los estudios lo demuestran”. De no haber más trabajo que hacer, quizá me hubiera quedado para responder a lo que tal vez dijera. Algo me sugiere que la irrité, al menos un poquito <Mi corazonada me confunde. Su habla <Auto-divulgación, ¡eternamente!> sobre su propia vida suena como si no tiene inversión en este asunto>. Pero cuandoquiera que cosas así vengan, siempre tengo que repasar por qué estoy tan segura. Si tiene razón, ¿por qué las tasas de divorcio subieron después de que la gente empezara a cohabitar? Si tiene razón, ¿por qué Dios proscribió algo que facilitaría la vida de sus creaturas <Después de la Ley Nueva>? <¿He leído mal sus creencias religiosas todo este tiempo?> No me bastaría notar que las personas sí pueden averiguar si pueden vivir juntas sin intentarlo antes. Ella hizo ese punto con su broma. Hay algo en el permanecerse con las consecuencias al cometer un error que impulsa a la gente a cuidarse. Las personas pueden discutir las cosas con su esposo futuro con franqueza y honestidad y saber si pueden vivir juntas o no. Seguro que tenían mejores probabilidades de hacerlo allá cuando el divorcio era a la vez doloroso y difícil de lograr.
En su lugar, ahora hablan de lo que se supone que algo hace <¿En verdad suponen que haga eso?> en vez de lo que realmente significa. ¿Cómo podrán comprender por qué las cosas no funcionan si no buscan la causa? Vivir juntos sin compromiso para poder salir si las cosas ‘no andan bien’ da por sentado que no lo harían y asume que el compromiso no marca diferencia alguna para empezar. Si cambiara las cosas de verdad, un experimento que lo omita nunca te podría decir cómo saldrían las cosas de incluirlo. El simple hábito de abstenerse del compromiso puede impedir que la gente se comprometan más tarde; y la tentación de retener el compromiso porque no hubo razón convincente para tomarlo en serio debe de ser muy fuerte. Si la gente pensara en tales factores, las mujeres del mundo verían que son aprovechadas, y quizás también los hombres. ¿Qué clase de ‘preparación nupcial’ es eso?
Pero aquí estoy. Intento ser tan desapegada con esto, igual que siempre se queja Desmond. Y aun así, sigo volviendo a mi sospecha. ¿La lastimé de algún modo? ¿Por qué debería yo tomar culpa recordándole a la gente de lo que ya saben? Si se pone defensiva por la verdad, llevan la culpa ellos. Es ridículo el sentirme dolorida por la posibilidad de darle a alguien más malos sentimientos cuando los necesita. <Pero, ¿y si el hablarle de lo que huye hace menos probable que vuelva a ello cuando vea por qué Dios puso la línea donde lo hizo?> Por otra mano, ¿podría ser que lo que me corta así de profundo aquí sea ver a la gente insistiendo en cosas que le hacen daño, y viéndole obstinarse en ellas? Estoy trabada.
¿Tú qué opinas?