Cuentos de Borén, por A.B. Corleone

NOTA BENE: Estas son traducciones de un fan. O sea, yo. Vale la pena decir que hice unas elecciones extrañas en el proceso. Aunque no uso ni ‘vosotros’ ni ‘vos’ en la vida real, quise capturar los grados de formalidad entre los habladores. De modo que, decidí emplear el ‘vos’ chileno con sus conjugaciones para mostrar faltos de respeto, y vosotros para el plural casual. El ‘you’ inglés no hace mucho, mientras que ‘tú’ y ‘ustedes’ son una mejora insuficiente. ¡Disfruten, chicos!

Adam

Vías del Pensar

Creación

Corrupción

Érase una vez un espíritu maligno —le llamamos Kómat— que odiaba todo lo que hizo el Gran Espíritu, pues, creemos, no pudo ser parte del mundo inferior donde vivimos. La beldad y armonía de Borén no serían suyas, y pese a que el mundo tenía estas virtudes en mejor grado, aún Kómat deseaba poseerlas para sí. Por su envidia, todo se arruinó en su visión; la luz de la luna plena y los astros centelleantes le entristecieron, mientras que el amanecer y el ocaso del sol le enfadaron. El amor de nuestros padres le puso tan enojado que provocó su caída. Y aun así, en los eones que gateaban, la belleza de todo ser vivo, hasta la de la flor más humilde, le pasó a ser intolerable. Todo se le volvió odioso. Imbuido de creatividad al inicio, lo que fuese que inventara mediante su don jamás rivalizaría con lo que recibiese forma del Creador. Frustrado y celoso, Kómat se dedicó a pervertir la creación en burla de su Fabricador.

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