“History of the First Nation Chickamauga”

Nota actualizada el 2 de mayo, 2024.

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Hay que decir que este libro me disgusta. Las referencias son infrecuentes, las repeticiones son numerosas, y los escritores parecían tener dificultades con el uso consistente de términos. O sea, los chickamaugas son presentados como una parte de la tribu cheroqui, a la vez que atacan dicha nación por rechazarles. No obstante, las notas que tomé concuerdan con lo que estoy leyendo en otras fuentes, en especial en cuanto a los tratados hechos entre los indígenas y Estados Unidos.

Origen de los chickamaugas

Entre los años 1768 y 1769, muchos colonizadores se asentaron ilegalmente en el territorio cheroqui que un tratado tuvo que ser pactado. El borde entre los europeos y los cheroquis extendía al sur desde la boca del río Kanawah hasta el Holston (pp. 136, 37). Los cheroquis se vieron separados de sus terrenos de caza tradicionales.

En 1775, el especulador de tierras Richard Henderson rompió la ley británica y colonial con su tratado de Sycamore Shoals, el cual dejó a los cheroquis aislados del valle Ohio y las tierras ricas de Kentucky (p. 138). Solo las naciones podían negociar la compra de territorio con las tribus indígenas (p. 32), no empresas privadas. Además, entre los indígenas, un jefe no podía firmar un convenio sin el consentimiento unánime de todo jefe (p. 139), y Dragging Canoe y el jefe Tsal Su Ska rechazaron firmar, mientras que el jefe Doublehead no estuvo. Sin embargo, Henderson engañó a los jefes para que vendieran todo el territorio entre el río Ohio y la división Cumberland (p. 233). Dragging Canoe no se dejó engañar.

El río Chickamauga queda en el rincón noroeste de Georgia, cerca de la frontera entre Alabama y Tennesee. (p. 156). Su nombre proviene de “tsi ka ma gui”, un término de origen algonquino/ iroqués (p. 127). La tribu chickamauga adoptó el nombre cuando la facción cheroqui de Dragging Canoe se estableció allí en 1776 (p. 176), tras expulsión de él de la nación en abril del mismo año (p. 181).

El 1782, la tribu chickamauga construyó los cinco “pueblos de abajo”, los pueblos anteriores habiendo sido destruidos en ataques de colonos (p. 195; véase la p. 225 para los nombres).

Los chickamaugas continuaban con su viaje hacia el oeste, provocado por los actos de colonos (p. 199), hostilidades entre esta tribu y otras tomando forma todo el tiempo.

El 16 de febrero, 1792, Dragging Canoe bailó con enorme esfuerzo y furor. Se murió el día siguiente (p. 222), o bien el primero del marzo de aquel año (p. 224), a la edad de 54.

La relación entre los chickamaugas y cheroquis de hoy

En su libro, Truth Seeker da una lista de individuos falsamente llamados cheroquis (pp. 9-49). Genéticamente, Dragging Canoe no fue cheroqui (p. 11), sino nipissing, shawnee y tuscarora.

Dado que fue un líder de los chickamauga, ¿les importó? No, claro, pero a Truth Seeker sí, que trata de la identidad de los chickamauga y la Nación Cheroqui.

En verdad, era posible para factores más valorados entre los indígenas superar la herencia matrilineal. Por esta razón, afirma que los chickamauga reconocen y aceptan su herencia mixta (pp. 54, 55), y dice que incluye miembros de las tribus shawnee (pp. 87, 88), tuscarora (p. 78) y powatan (p. 87), con influencias de los algonquinos (p. 75).

  • El sistema político de los algonquinos —de tener un líder de banda que necesitaba el apoyo de los líderes de cada clan— se compartía con la cultura chickamauga (p. 75).
  • Una similitud del liderazgo entre los shawnee y los chickamauga es que tienen jefes hereditarios (pp. 87, 88).

Para ella, la identidad chickamauga se base no primariamente en la genética, sino en la cultura, aseverando que la que estableció Dragging Canoe es el cimiento de la identidad chickamauga (p. 245).

La tribu cheroqui de hoy

En contraste con los chickamaugas, Truth Seeker dice que la Nación Cheroqui no admite su verdadera herencia. (Este es un motivo constante en las otras materias que estoy leyendo.) Un punto central del libro de Truth Seeker es que la Nación Cheroqui abandonó su cultura y genética, falsificándolas para aprovecharse de los bienes materiales de los colonizadores europeos (p. 11, 55), y sigue haciéndolo. Dice que la Nación Cheroqui trata de presentar una historia de “sangre pura” y una identidad antigua y prístina. En consecuencia, la llamada “falsa tribu cheroqui” se justifica con afirmaciones de linaje que son sabidas como erróneas (p. 49).

¿Qué tan vieja es la identidad cheroqui, como una tribu reconocible en la historia? La mera mención de “cheroqui” no basta para demostrar su historicidad, ya que el término original —tsa la gui— se usaba por varias tribus. Declara que los iroqueses no mencionan a los cheroquis en su tradición oral (p. 97), así que no vivían en aquel territorio durante ese entonces, existiese o no una tribu cheroqui. Además, los españoles no grabaron el término como nombre de tribu en sus crónicas del siglo 1500, a pesar de visitar sitios que los cheroquis dicen eran su territorio (pp. 117-21), de nuevo mostrando que no vivían en la región como cheroquis hasta después.

El etnógrafo Mooney identificó la tribu westo (también conocido como richahecrians, richohakans, chichimecos y rickohockans) con la cheroqui (citado en Truth Seeker, p. 80). Esa gente poseía gran poder militar (p. 80), y se teoriza que su propensidad a la guerra debía al declive de la jerarquía entre los curas (superiores y “puros”) y los guerreros (inferiores e “impuros”). Guerreando contra otras tribus y cautivando esclavos, la tribu westo llegó a ser enemiga de casi todas las demás.

Pero esa tribu, igualmente, carece de procedencia clara. Una posibilidad es que fuera un grupo de eries (de la Nación del Gato) que migró a Virginia en el siglo 1600 (p. 79), otra es que llegaran a la región con la cultura maya (p. 115), y aún otra es que se separaran de los iroqueses (p. 115). Truth Seeker no parece tomar una opinión propia aquí. Pero en vista de que el idioma cheroqui es de la familia iroquesa (Ethnologue), esta última parece la hipótesis más probable.

La nación cheroqui occidental era la facción de John Ross, que fue movida a fuerza a Oklahoma. Esta se unió con la oriental como una sola nación (p. 171).

Una política de ganancia

La avaricia de la cual Truth Seeker acusa la Nación Cheroqui se manifestó muy temprano. De la página (82) a la (84), enumera varias tribus que ocupaban la región suroeste de Norteamérica. Dada la cantidad de tribus, arguye que los cheroquis, a pesar de vender este territorio a los colonos, no pudieron poseerlo todo.

Se reconocen tres grupos de shawnee en el censo de 1825: los Shawnee Loyal, los Eastern y los Absentee. Los Shawnee Loyal se tienen por parte de la Nación Cheroqui por el gobierno estadounidense (p. 87), y Truth Seeker atribuye esto a otra apropiación terrenal por los cheroquis (cf. pp. 11, 21, 22 y 53-55). También notó que los chickamaugas y shawnee lucharon contra los estadounidenses porque los cheroquis e iroqueses vendían su tierra (p. 127). Esta tendencia avara siguió a lo largo de las décadas, y contribuyó a la insuficiencia inicial, y luego a la corrupción progresiva, de los registros de las familias indígenas, tal como los rollos Dawes (cf. p. 22).

Otros contribuyentes eran el pavo de sufrir nativo, que impedía la registración de muchos, y los prejuicios de los europeos y cheroquis sobre quiénes pertenecían o no en cuáles tribus (pp. 11, 22 y 55).

En la página (52), Truth Seeker observó que los rollos Guion Miller requirieron que sus reclamadores mostrasen ambos su parentela con la banda cheroqui occidental en 1830 y que sus ancestros no se afiliaron con otra tribu alguna. Esto dio lugar a deficiencias dentro de las listas.

En la página (53), da un ejemplo de la corrupción de tales registros, hablando del encogimiento gradual de las listas de nombres. El grado de sangre mínimo requerido para membresía se aumenta según los caprichos de la Nación Cheroqui, a fin de que los restantes reciban más dinero federal entre sí.

Los cheroquis y la corona británica

En 1716, los chickamaugas accedieron a ayudar a los británicos a exterminar otras naciones indígenas (p. 133).

En 1730, Sir Alexander Cuming —erróneamente escrito como “Cummings”— visitó a los chickamaugas en Keowee para obtener su alianza con la Corona británica (p. 134), y se jactó de que no sus nuevos aliados no hicieron tal sumisión ni a Dios ni al hombre.

El mismo año, Attakullakulla y 6 otros indígenas llegaron a Gran Bretaña, y forjaron otro acuerdo con el rey; las tribus se declararon “hijos” del rey, y acordaron en deferir los casos de asesinato a la ley inglesa (pp. 134, 35).

Los británicos defendían a los cheroquis legalmente y eran a veces socios de intercambio, fomentando una dependencia. Debido a esta relación, además de los intereses económicos de los colonizadores, ambos partidos ganaron la enemistad de estos últimos. Una carta de John Stuart —el representante legal de los cheroquis— fue interceptada y editada para provocar odio contra los británicos y cheroquis, acreditando la causa colonizadora de deshabitar el terreno (p. 235).

Con la derrota de Gran Bretaña, muchas tribus se pactaron con España contra los estadounidenses (p. 242). Truth Seeker dice que una delegación cheroqui vino a Washington D.C. para conseguir el permiso del presidente Thomas Jefferson de reubicar al oeste del río Mississippi en 1803 (p. 279).

Curiosidades

  • 56, 57: Una línea temporal borrosa de los paleo-norteamericanos.
  • 58: Haplogrupo Q1a3a supuestamente sirve para identificar a los genéticamente chickamauga (debo indagar más en esto).
  • 64-66: “Mayan Culture in America” (un artículo citado verbatim en su libro. ¿De aquí que mi padre afirmara que los cheroquis —y yo— tenemos sangre maya?)
  • 70-72: Período silvícola temprano. (~1000 a. C. hasta ~1000 d. C. Cf. p. 73)
  • 76: Se describe en breve una guerra indígena, entre los iroqueses y algonquinos. (Seguro que los europeos se aprovecharon de todo.)
  • 130-154: La sección “Treaties” (Tratados) da una línea de tiempo para la nación cheroqui unida en Oklahoma y para los asentamientos de la facción de Dragging Canoe.
  • 266-68: Una discusión de evidencia oral de ancestros galeses entre los indígenas de Alabama.

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